La culpa de la mujer por no cumplir con las expectativas sociales

21.09.2021

A las mujeres se nos ha inculcado desde siglos que tenemos que dedicarnos a los hijos y a mantener limpia y ordenada nuestra casa. 

Actualmente esta tarea se dificulta porque muchas mujeres trabajamos fuera de casa y no nos da la vida para cumplir con estas expectativas que nos acompañan desde que nacimos.

La culpa es un sentimiento muy común que muchas mujeres experimentan por no cumplir el rol social asignado: a veces sustituimos los platos caseros por comidas preparadas, la casa sólo la podemos atender los fines de semana o cuando nuestro tiempo nos lo permite, vemos a nuestros hijos después de una dura jornada de trabajo y les dedicamos el tiempo que podemos...

No eres la única. No estás sola.

La mujer carga con esta culpa generacional y nunca será suficiente lo que hagamos ya que no estaremos a la altura de lo que la sociedad nos reclama o pide.

La mujer ama de casa, cuidadora, madre, servicial, dedicada, cariñosa... está bien vista y aceptada. En cambio aquella mujer que se atreva a saltarse el rol establecido haciendo las cosas diferentes o como crea y sienta, le acompañará la culpa hasta que asuma su propio poder.

Te recomiendo pues una visualización muy sencilla que te puede ayudar o disminuir este sentimiento de culpa:


- Cierra los ojos y respira profundo.

- Visualiza delante de ti a todas las mujeres de tu sistema familiar, por parte de padre y de madre.

- Mira a cada una de ellas. Reconoce el esfuerzo que ha tenido que hacer cada una para que tú hoy estés aquí, viva. Mira sus ojos, sus arrugas, su pesar, su cansancio, su felicidad, su tristeza, su perseverancia...

- Interiormente o en voz alta les dices: "Veo vuestro esfuerzo".

- Les vuelves a decir: "Gracias". Y agachas un poco la cabeza en señal de honra.

- Mantente en esta posición el tiempo que necesites.

- Les dices en voz alta: "Os honro cuando hago comidas caseras, cuando me cuido y cuido mi vida, cuando ordeno y limpio la casa, cuando atiendo a mis hijos... Y no me miréis mal si a veces estoy cansada y no tengo ganas, si me preparo de comer algo rápido, si a veces me descuido y descuido mi casa... Ahora mi trabajo está dentro y fuera de casa y a veces se me hace difícil".

- Respira profundo y sigue mirándolas.

- Cuando cada una asiente con la cabeza, en señal de aprobación o asentimiento, se marcha. Este proceso puede tardar un ratito.

- Siéntete más libre de vivir la vida que tienes ahora haciéndolo un poco o un mucho diferente que tus antepasadas.

La culpa por no cumplir con las expectativas transgeneracionales y sociales va disminuyendo a medida que tomamos la responsabilidad de nuestro poder de decisión y de ser "infieles" a lo establecido.


Sandra Gamero