Las dos fuerzas de la vida
Vivir nos obliga al ejercicio constante de saber abrir y saber cerrar, empezar y terminar, expandir y contraer, ganar y perder, ampliar y reducir, amar y sufrir.
Es el gran juego del alma, que también tiene lugar en nuestro cuerpo: a cada inspiración en que tomamos el aliento necesario, la sigue la expiación en la que nos despedimos del viejo oxígeno que ya ha cumplido su función; a cada sístole la sigue su diástole, en un latir ininterrumpido en que la vida canta su mantra más sutilmente sonoro: tomar y soltar, tomar y soltar, tomar y soltar. Al final, incluso soltar nuestra propia vida.
Es feliz y exitoso aquel que sabe ponerse en sintonía con las dos fuerzas de la vida: la de expansión y la de retracción, la del ganar y la del perder.
En toda vida encontramos pérdida y desamor, pero también la dicha de la unión, el vínculo y el amor que los precedieron.
Joan Garriga